Ecología occidental

Hay quien se pregunta si el libro ¿Fósil? No, gracias es un libro sobre ecología o escrito bajo una perspectiva ecológica. Para algunos, no lo es. Para mi, sí.

No se trata de un libro con una base ecológica al uso, la ecología vista desde occidente, con parámetros occidentales y que suele aplicar siempre que occidente no salga perjudicado. A ojos de la mayoría de las 8.100 millones de personas que habitamos el planeta en mayo de 2024, pasa algo similar con los Derechos Humanos.


Autor: Li Min. China Daily

A la vista del desastre climático en ciernes, que afecta de forma catastrófica al sur global, planteo que nos hagamos esta simple pregunta: 

¿Por qué si hace décadas nos faltó tiempo para decir 'Nuclear, no gracias', nos cuesta tanto declarar 'Fósil, no gracias'?.

En el corazón de la Europa de la década de 1970 surgían las primeras proclamas en contra de la energía nuclear, la cual suponía un riesgo local. Nadie cuestionaba los combustibles fósiles, o muy pocas personas. Quienes sí mostraban ya su preocupación, eran representantes de la comunidad científica. No en vano, se disponía de veinte años de meticulosas mediciones diarias de la concentración atmosférica de dióxido de carbono. Estas dos décadas ya aportaban una prueba irrefutable del constante aumento en la concentración atmosférica de este gas, clave en la regulación del clima terrestre. 313 ppm era la concentración cuando se iniciaron las medidas a mitad de la década de 1950; 331 ppm en 1975. Estas veinte ppm en veite años apuntaban de manera clara al previsible aumento de la temperatura global, pero ello no parecía preocupar a occidente. La voraz quema de combustibles fósiles no se contemplaba como riesgo local alguno, al trasladarlo a un riesgo global, que afectaría a todos los habitantes del planeta.

Una ecología para todas las personas y especies que vivimos en el planeta, no puede poner por delante el bienestar de algunos, si ello conlleva el riesgo global de todas las personas. Esto es lo que sucede al quemar combustibles fósiles.
Si una región no dispone de recursos renovables para proveerse de energía, o se niega a realizar las instalaciones pertinentes de energías renovables, que asuma el riesgo localmente, por ejemplo, con energía nuclear.


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