Y ahora, CEPSA

Desde hace algunas semanas se puede ver por diversos medios el anuncio de la Compañía Española de Petróleos S.A. -CEPSA- por el que nos hacen saber que pasan a denominarse moeve.

La pregunta es obvia ¿qué mueve a estos señores a cambiar el nombre de la compañía fundada el 26 de septiembre de 1929? La empresa es propiedad de los grupos inversores Mubadala Investment Company, con sede en Abu Dhabi, y de Carlyle Group, con sede en Nueva York.

A primera vista, más de uno estará ya haciendo cábalas sobre si este cambio se debe a la globalización del mercado de petróleo y de gas, o bien es el resultado de tratos entre inversores. Pero no va por ahí.

Poco que ver tiene este cambio de nombre -y de logo- con lo mencionado. Tiene mucho que ver con el ecopostureo al que nos tiene acostumbrados la industria de los combustibles fósiles y, por supuesto, de todas las industrias subsidiarias que del petróleo dependen, ya que es su fuente de negocio. Un ecopostureo vía cambio de imagen o de nombre para que todo siga igual. Muy poco original.

Sin embargo, hay un hecho distintivo en la publicidad de moeve, a la vez que algo siniestro. Un objetivo primordial de la publicidad consiste en apartar o eliminar el obstáculo que impide al consumidor comprar un producto o confiar en una marca. Un ejemplo clásico, que se explica en cualquier màster de publicidad que se precie, es el de Nestlé, aunque ahora no entraremos en este ejemplo, que nos alejaría del tema.

En los cien segundos del vídeo 'Ahora somos moeve', se cuentan hasta siete abrazos entre dinosaurios y personas de distintas generaciones, nieta, abuelo, madre, padre,... En el audio, se escucha a una voz femenina decir: 

"Gracias por darnos vuestra energía todos estos años, pero es el momento de empezar a separarnos"



¿Quién no siente algo de pena por los pobrecitos dinosaurios extintos? Que levante la mano, por favor. Los publicistas juegan con los fósiles de dinosaurios, fantaseando con esta mezcolanza entre dinosaurios y combustibles fósiles. Lo necesitan para su argumento, que no es otro que el propiciar el hecho de amar a los combustibles fósiles. 

Cada mirada, caricia o abrazo a un dinosaurio, lo es a un poste de gasolina o diésel

Es así de simple. De modo sutil, mientras el audio sentencia que ha llegado el momento de empezar a separarnos de los fósiles/dinosaurios, las imágenes nos instan a querer íntimamente a los combustibles fósiles, durante el tiempo que haga falta mientras con ello puedan seguir haciendo negocio los CEPSA vestida de moeve.




El sumo de los absurdos llega cuando confrontamos la realidad. Los combustibles fósiles no tienen nada que ver con los dinosaurios, de los que se tiene constancia hace unos 200 millones de años y que se extinguieron hace 65 millones de años, en la era geológica denominada Mesozoico

Los combustibles fósiles son muy anteriores a la era mesozoica con los dinosaurios, pues aquéllos los formaron bacterias y algas marinas que absorbieron ingentes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera durante el Paleozoico, hace entre 350 y 420 millones de años. En la era paleozoica aún estaban agregados los diversos continentes, en la denominada Pangea. Es más que probable que la agencia que ha diseñado esta publicidad desconozca este relevante dato, pero ya les va bien así, pues con los dinosaurios su mensaje llega al corazón de los consumidores mucho mejor que hablando de algas o bacterias.

Trueques similares los han llevado a cabo otras empresas mucho antes que CEPSA. Citaré dos. 

BP, British Petroleum, cambió de nombre en el año 2000, a bp, en minúscula. Parece un cambio irrelevante, pero de eso nada. El imponente logo BP sobre un escudo, permutose en un logo que se asemeja a una flor de girasol, con interior de color verde y circundado de amarillo como un Sol, no en vano la empresa lo llamó logo Helios. Como coletilla, se cambió el texto, temporalmente, a beyond petroleum (más allá del petróleo), dándose a entender la reorientación a un futuro sin petróleo. ¿Ha dejado la empresa británica sus negocios de petróleo y gas el último cuarto de siglo? ¡Claro que no! No tienen la menor intención. Es solo una burda tentativa de lavar su paupérrima imagen en un contexto de calentamiento global y de brusco cambio en las condiciones climáticas.

De modo similar, Gas Natural, una empresa que surge en 1992 a partir de una joint venture entre Catalana de Gas y Electricidad SA y Exxon, llevó a cabo un súbito cambio de nombre y logo en 2018, denominándose Naturgy Energy Group SA, en el logo, simplemente Naturgy. ¿Ha dejado el negocio del gas esta compañía? Por supuesto que no. En todo caso, se puede atisbar un vago futuro desplazamiento al hidrógeno, pero nada más. Siguen con el negocio de combustibles fósiles contra viento y marea. Poco parece importarles el paso a un planeta menos habitable.

Llevar en la marca la palabra gas o petróleo en tiempos de innegable cambio en el clima, no vende. Una más de las incontables estratagema de una industria, la de los combustibles fósiles, con más de 170 años de historia. En un contexto de cambio desbordado en el clima de la Tierra, es obsceno que nos quieran colar de forma tan grosera que amemos a los combustibles fósiles. ¡Indecente!

¿Quieres saber más sobre las estratagemas usadas por la industria de los combustibles fósiles para seguir con su negocio caiga quien caiga? No te pierdas ¿Fósil? No, gracias.

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